Residencia Universitaria en Salamanca con todas las comodidades y la mejor ubicación posible.

Cuando vine a Salamanca estuve buscando una residencia agradable y sin precios desorbitados, en la que poder estudiar y conocer gente y la encontré. De hecho mis mejores amigos los conocí allí. La comida de la residencia está genial y en su mayoría todo es casero y con bastante variedad. Me hubiese encantado estar los cuatro años de carrera en la residencia pero me fui de erasmus en 3° de carrera. En resumen, un lugar muy acogedor y super bien ubicado para todo.

Empecé mi carrera en Salamanca y estuve el primer año en la Residencia Europa y todo fue genial, conocí gente agradable y gran parte de mis amigos en esta ciudad. ¡La experiencia fue única! El trato fue inmejorable y siempre me sentí como si estuviese en familia. Para Fátima y el resto del personal siempre fue muy importante que nada interviniese en mis estudios, facilitándome todo tipo de ayuda, incluso ajustándose a mis horarios universitarios. Cuando llegué a cuarto, al año más duro de mi carrera, decidí volver a la residencia porque sabía que todo serían comodidades, solo tuve que preocuparme de mis estudios en un entorno que te hace sentir cuidada e independiente.

Mi hija comenzó la carrera en la residencia Europa y qué decir: ¡todo un acierto! Fátima y el resto del personal se han preocupado en todo momento por la comodidad y bienestar de mi hija o cualquier cosa que necesitase. Nuestros hijos crecen rápido y abandonar el hogar es duro, tanto para ellos como para nosotros, pero indudablemente me alegro de haber depositado mi confianza en Fátima. ¡Muchas gracias!

Me alegro mucho de haber elegido esta residencia para mi hijo, nos la recomendó un familiar que fue antiguo residente. El trato siempre fue correcto y se nota que tienen experiencia. Cuando se decretó el confinamiento por COVID-19 se comprometieron de absoluto a que la residencia mantendría sus servicios y cuidados al máximo, la manera en que han tratado a mi hijo y su respuesta ante estos tiempos difíciles dicen mucho de esta residencia, son verdaderos profesionales. Sin duda la recomiendo.

Mi hija ha vivido en la residencia sus dos primeros años de carrera y ha sido lo mejor que ha podido pasarle. No exageraría si dijese que es la mejor residencia que podría encontrar en Salamanca. Fátima siempre se ha preocupado con los residentes como si de sus hijos se tratase, siempre dispuesta a lo que necesitasen, incluso acompañarles al médico. La comida además es de lo mejor, elaborada por ella y parte del personal, siempre casera del día, variada y estilo buffet. La localización es inmejorable, casi en la misma calle de la facultad de mi hija y con todas las bibliotecas alrededor, supermercado, farmacia y comercios de todo tipo, no se puede pedir más, de verdad, una maravilla.